Día de volver a coger el Caltrain, el tren de dos plantas que une San Francisco con el valle. Aunque se tarda más que yendo en coche, era una oportunidad para viajar tranquilos. El destino: Palo Alto.
Stanford y Palo Alto
La primera parada fue la Universidad de Stanford. Paramos en la parada de Palo Alto y andando unos pocos metros hay una parada donde se puede coger el Marguerite Shuttle, que es un sistema con varias líneas de autobús que te llevan a las diferentes partes de la universidad (que no es pequeña) y además cuenta con wifi gratis.
Aprovechamos para dar una vuelta por la universidad, entrar a una clase (por lo visto no pasa nada), visitar la tienda para comprar algún souvenir (especialmente atractiva la parte final de la tienda, donde están todos los descuentos 😉 ) y también para comer. Si bien hay muchas cadenas de comida, encontramos un lugar que nos encantó, Coho, un restaurante donde además suele haber música en directo. La comida buenísima y muy barata.
Después de comer pasamos la tarde paseando por Palo Alto, por University Avenue y las calles cercanas, donde pudimos ver algunas empresas y también la zona residencial hasta que finalmente paramos en un café que nos encantó por la variedad de bollería y croissants que tenía, Paris Baguette, totalmente recomendable.
Evento en las oficinas de twitter
A media tarde cogimos de nuevo el caltrain y nos volvimos, con algunos trasbordos, al centro de San Francisco para asistir al evento de meetup del grupo SF Android titulado «Better compression = Faster Networking» que tenía lugar en las oficinas de twitter.
Estuvo muy bien, tanto por la cantidad de comida que había en los momentos previos a la conferencia, como por la calidad del ponente, Colt McAnlis, desarrollador de Google, que nos habló de compresión para imágenes en las aplicaciones móviles de una forma muy atractiva.
Aprovechando que estábamos en el centro de la ciudad fuimos a un rooftop que nos habían recomendado, el del Hotel Sir Francis para ver la puesta de sol. Las vistas son buenas, pero me hubiera gustado que estuviera abierto y no todo acristalado, aún así valió la pena subir, quizás hubiera estado genial también tomar algo, pero aún nos quedaba hacer la maleta, así que tuvimos que marchar enseguida.
Aquí dejo las fotos del atardecer en San Francisco desde el Hotel Sir Francis.