Tras tres semanas en San Francisco ya tocaba cruzar el Golden Gate Bridge. Si bien la primera semana habíamos estado visitándolo, realmente valía la pena cruzarlo tranquilamente y disfrutar de las vistas. Además el día acompañó, cosa que no siempre es fácil aquí.
En el auténtico emblema de la ciudad, que une San Francisco con Sausalito, era de esperar encontrar muchísimos turistas, algunos haciendo fotografías, otros caminando, otros en bici… de todos los países y nacionalidades. Si volviera a cruzarlo quizás iría un día entre semana, que seguro que está más tranquilo.
De vuelta a casa aprovechamos la tarde para ver una película que nos gustó bastante «Hector and the Search for Happiness«, que cuenta la historia de un psiquiatra que decide salir a ver el mundo para conocer por qué la gente es feliz. La verdad, no estuvo mal.
Al ser sábado decidimos salir un poco a disfrutar de una noche de fiesta por la ciudad. Hay muchos locales a los que ir, y en la gran mayoría de ellos se paga una entrada, que es más barata si se va pronto. Hay que tener en cuenta que en San Francisco, como en otros lugares del mundo, no se sale tan tarde como en España. Aquí a las 10 o las 11 es hora punta.
Acabamos en la zona de Mission en The Knockout con un ambiente americano de película, en una Hippty Hop Dance Party. No estuvo nada mal.
Más tarde fuimos a Bissap Baobab, un bar/pub senegalés con música africana, toda una experiencia.
La noche estuvo llena de historias y aventuras (sobre todo para algunos) que no deben acabar en un post como este 😉