De buena mañana toca salir, el avión sale pronto. Todas las cosas preparadas para emprender un viaje y ciertos nervios al no saber muy bien qué me voy a encontrar en San Francisco. Además, toca un vuelo largo, de casi 21 horas, con salida desde Valencia y escalas en Frankfurt y en Londres.
Esta vez vuelo con Lufthansa, es una de las compañías que más me gusta. Nada más llegar al aeropuerto de Valencia, voy al mostrador de facturación y me paso un par de kilos sobre el límite que hay de 23Kg. El chico de Lufthansa me aconseja y me permite quitar algo de equipaje para llevar en mano y evitar un coste adicional de alrededor de 100€, la verdad es que es genial cuando las empresas miran por las personas y no van directas al dinero, es de agradecer.
Escalas y más escalas
Sale el avión con destino Frankfurt, un vuelo de algo más de dos horas y con desayuno incluido por cortesía de la compañía: pain ou chocolate, zumos, cafes e incluso gente bebiendo cerveza a las 7 de la mañana, parece que no hay hora mala ;).
La llegada Aeropuerto de Frankfurt muestra, como cada vez que he tenido que hacer escala por allí, cómo son los alemanes. Todo resulta muy fácil, eficiente y rápido. Checkin con el pasaporte biométrico directamente en las máquinas, sin colas y respondiendo a unas pocas preguntas (si eres ciudadano europeo, si eres mayor de 18 y si el pasaporte efectivamente tiene el chip) en una pantalla táctil, además de una fotografía que me tomaron también de forma automática al pasar por unas barreras. Comprueban si eres ciudadano europeo, la edad (mayor de 18) y si el pasaporte tiene el chip.
Apenas 50 minutos tenía para coger el siguiente avión pero todavía me sobró tiempo. Subí al siguiente vuelo con destino Londres que apenas tardaría 2 horas más. Todo parecía ir bien, pero de repente y casi a punto de despegar, uno de los pasajeros se sintió mal y no podía respirar. Fue atendido rápidamente por todo el equipo de Lufthansa y algún médico que se ofreció. Sin embargo, pareció complicarse y vinieron los servicios médicos del aeropuerto y tras un buen rato, se llevaron al hombre, que finalmente no viajó con nosotros. Acto seguido, tuvieron que buscar el equipaje de dicha persona, suponiendo un retraso de aproximadamente dos horas. Por lo visto se aseguraron de que no dejara nada en el avión, ¡y tanto que se aseguraron!
Tras el pequeño incidente salimos hacia Londres, con un poco de nervio ya que el retraso hacía que los tiempos fueran muy justos. En el vuelo también se nos ofreció algo para comer de nuevo y en poco tiempo aterrizamos en el aeropuerto de Heathrow. Una vez allí, tocó buscar la conexión ya con Estados Unidos, donde tocó responder a preguntas del tipo: ¿a qué vas allí? ¿Qué llevas en el equipaje? ¿Llevas algo que te hayan dejado? ¿Dónde vas a dormir? Pero vamos, sin más.
Vuelo a San Francisco
Llegó el momento de subir al vuelo largo a las 14:10 hora londinense para llegar a San Francisco a las 17:05 PST (Pacific Standard Time). El vuelo ya no era con Lufthansa, sino con una compañía del mismo grupo Star Alliance, la americana United. El avión no estaba mal, y aunque no tenía el nivel de la compañía alemana supuso un vuelo muy tranquilo y cómodo (lo importante es que te toque pasillo y poder levantarte sin tener que escalar a la persona que tienes al lado durmiendo), la comida bastante bien y la atención muy buena (siempre me ha parecido excelente cuando hay norteamericanos de por medio). Además, había la opción de contratar Wifi por $19.99, que la verdad, para un vuelo de 11 horas, no supone demasiado y si tienes algo que hacer, vale mucho la pena. La conexión por satélite iba sorprendentemente bien.
¡Por fin en San Francisco!
A la hora marcada aterrizó el avión en San Francisco y los controles fueron muy ágiles. En poco tiempo ya estaba delante del aeropuerto respirando ambiente californiano y temperaturas suaves.
Llegando cansado tras casi 24 horas de viaje y estando en San Francisco fui directo a probar Uber, que aquí es lo más típico (una lástima que en España a día de hoy esté prohibido). Tuve ya mi primera experiencia, solicité un Uberpool (coche compartido) y por $20 me llevaba hasta la casa de 10entrepreneurs. El primer coche que solicité, acabo llamándome y no hubo forma de aclararnos, él hablaba regular y yo entendía regular, por lo que al final acabó diciéndome que cancelara la petición, que ni de coña me iba a recoger. Cancelé la petición y solicité un segundo Uber, tampoco me encontró y volví a cancelar. Por lo visto los coches de Uber esperan en la parte de salidas en vez de en llegadas, es decir, en el piso de arriba del aeropuerto. Por lo que subí de piso y volví a solicitar un tercer coche, dando la casualidad que llegó el hombre del primer coche que había solicitado, fue muy gracioso subir y finalmente viajar con el hombre que me había dicho que ni de coña me iba a recoger :).
Resultó ser muy agradable, me estuvo comentando acerca de la ciudad y también me preguntó acerca de España y en algo más de media hora (¡había mucho tráfico!) me dejó en la casa.
Llegada a la casa
Una vez en la casa pude descansar y coincidí con otra de las personas que venía al programa, Vicente, que además era valenciano también, ¡cosas de la vida! Descansamos un poco y fuimos junto a Ignacio, organizador del programa, a cenar algo en una de las taquerías populares de la ciudad, la taquería Can-cún, que en realidad encontramos por casualidad.
Vuelta a casa a descansar, sin saber en qué día estoy tras probablemente uno de los días más largos que he vivido. Pese al cansancio, ¡muy contento de estar en San Francisco!